viernes, 22 de agosto de 2014

Mañana



Mañana, cuando muera, mirad bajo mi almohada;
allí hallaréis oculto todo lo que guardé:
todo mi ajuar de vida, la piel que me cubrió
y muchos pensamientos que no supe expresar;
mi nombre en un papel grabado en tinta roja,
rota caligrafía con letra de aprendiz
y un pequeño baúl de atardeceres
envueltos en silencios, compartidos espacios
de besos y caricias.
Los silencios nos curan, vuelven lumbres en ascuas,
heridas en cenizas, cicatrices en labios.

Mañana, cuando muera, buscadme en el silencio.


No hay comentarios:

Publicar un comentario