Vente
conmigo a este costado azul
que
ahora te ofrezco y que no tiene heridas.
Cuando
nacen malignas calaveras y flores sin aroma,
las
corto y las olvido.
Es
tiempo de fundirse en un abrazo.
Vente
aquí a mi costado, a mi ventana.
¿No
escuchaste los bronces de la torre llamándote?
No hay comentarios:
Publicar un comentario